A principios de los años 70, las ventas de los modelos V12 se vieron duramente afectadas por la crisis del petróleo y los primeros límites de velocidad. Ferrari se dio cuenta de que tenía que cambiar su gama de productos si no quería desaparecer. Así que se decidió lanzar la producción de una pequeña berlinetta 2+2 con motor V8 para rivalizar con el Porsche 911, el Lamborghini Urraco y el Maserati Merak. Comercializado bajo el nombre de Dino, el GT4 pasó por varias etapas en su vida. Integrado finalmente en la gama Ferrari en 1976, y adornado con el prestigioso Cavallino Rampante, supuso al mismo tiempo la muerte de la marca Dino.