Lamborghini se juega su última carta con el Silhouette. Para lanzar un nuevo modelo a menor coste, Bertone tuvo que utilizar el chasis Urraco P300 con orugas que se modificaron significativamente para permitir el montaje de ruedas Campagnolo tipo «teléfono» calzadas con neumáticos Pirelli P7 anchos y de perfil bajo. En uso, el motor es brioso pero le falta un poco de par a bajas revoluciones para el peso del coche. Lamborghini pidió a Bertone que vistiera el Silhouette como un «targa», es decir, con un techo retráctil que pudiera guardarse detrás de los asientos delanteros. Bertone inventó una línea soberbia, directamente inspirada en el superdeportivo Countach, y reforzó el chasis en numerosos puntos con una jaula antivuelco. A diferencia del Urraco, el Silhouette es un coupé biplaza estricto. Sólo se ofrecían unas pocas opciones: color, cuero o cuero invertido, elevalunas eléctricos y equipo estéreo. En el Salón del Automóvil de Ginebra de 1976, el P118 recibió una calurosa acogida. Era incluso uno de los deportivos más deseados, pero tras la segunda crisis del petróleo, el mercado estaba en su punto más débil y el modelo sufrió problemas de fabricación. Desgraciadamente, como en el pasado, Lamborghini fue incapaz de resolver los problemas de homologación en Estados Unidos. Sin clientes y con deudas crecientes, la empresa entró en liquidación tres años más tarde.