En el Miura SV, la potencia máxima se aumentó a 385 CV mediante modificaciones en el tren de válvulas y el carburador. Siguió siendo el coche de producción más rápido del mundo hasta 1973. La anchura de la vía trasera del Miura SV se amplió hasta 1,54 metros para permitir la instalación de neumáticos de la serie 60. El peso en vacío era de 1.300 kg. El Miura SV también recibe una nueva suspensión trasera. Fácilmente identificable por sus ojos sin pestañas que dominan una parrilla ensanchada, sus faros traseros rediseñados y sus neumáticos anchos, el Miura SV se fabricó hasta finales de 1972, cuando finalmente se interrumpió la producción del modelo. Cabe señalar que algunos afortunados compradores de la época solicitaron a la fábrica importantes modificaciones para transformar su SV en un SVJ, un SV «Jota», un prototipo de carreras que nunca llegó a comercializarse.