La semana pasada, el jefe de Fiat, Sergio Marchionne, anunció unos objetivos muy ambiciosos para Maserati: pasar de vender 6.200 unidades en 2011 a 50.000 en 2015. Una pequeña revolución que, por supuesto, debe ser respaldada con acciones y nuevos modelos. Algo que no ha tardado en llegar con el anuncio del nuevo Quattroporte, que tomará el relevo de la quinta generación, lanzada en 2004. Una renovación que se hacía esperar, porque desde entonces el segmento ha evolucionado considerablemente, y un tal Porsche Panamera ha venido a llevarse un serio trozo del pastel. Para hacerle frente, el Quattroporte tiene ahora un diseño más clásico. Ciertas curvas han sido sustituidas por líneas tensas, lo que le confiere una elegancia de nuevo cuño. La sobriedad también está a la orden del día en el interior, con una consola que se ha deshecho de sus numerosos botones de control. Cabe señalar que no ha sido diseñada por Pininfarina, sino por la propia empresa. A finales de 2013, sólo se vendía en Francia la versión todocamino, aunque la de 2 ruedas también estaba disponible en otros mercados.