¡¡¡Ghibli DIESEL !!! Maserati afirma haber hecho un gran trabajo para hacerlo digno de su logotipo del tridente, pero en el arranque no puede ocultar que quema aceite. Otra señal inquietante es la zona roja a 4.500 rpm. Afortunadamente, en cuanto se inicia la marcha, todo encaja: en cuanto entran en acción los turbos, el Ghibli diésel tiene una pegada muy agradable, a pesar de pesar alrededor de 1.830 kg, un peso elevado incluso para los estándares de la competencia, y 20 kg más que las versiones de gasolina. Este peso extra se aloja en el morro del coche, ya que el diésel utiliza un bloque de hierro fundido mientras que los demás prefieren aleación. El resultado es una falta de agarre en las curvas. Si se pulsa el botón “Sport” situado cerca de la palanca de cambios, la caja de cambios se vuelve más sensible y la nota del escape cambia gracias a los activadores instalados. Sin embargo, esto apenas se nota en el habitáculo: el motor sigue sonando normal, incluso a altas revoluciones. En el mercado italiano está disponible un diesel de 245 CV.