Saliendo del anonimato a finales de los 90, Maserati -cuya legendaria historia se ha cruzado tantas veces con Ferrari- vuelve a innovar. Prueba de ello es el reciente Maserati Spyder, derivado del coupé del 98, que no sólo hereda un nuevo V8 atmosférico, sino también un sistema de suspensión regulable electrónicamente tan eficaz que pronto debería montarse en algunos Ferrari. La versión «Cambiocorsa» también incorpora el control secuencial de la caja de cambios automática (con levas + y – detrás del volante), un «plus» evidente en comparación con la versión con la tradicional caja de cambios manual de 6 velocidades (precio del Nuevo Cambiocorsa: 99.000 euros).